Etiquetas
Confianza, Dios está en control, esperanza, fe, Gracia, Gracias, paz, Prueba, reposar en El Señor
Cuales son los retos con los que debo llenar mi libro de la vida. Un amigo pastor nos enseña a que debemos tener el reto de desarrollar la fe «La fe que conquista es una fe que se esfuerza, una fe valiente, que no tiene temor, que sabe ver a Jesús y no desmaya» Josué 1: 1-18
En otra prédica escuchaba a una pastora que nos desafío a asumir en nuestra vida, aquellas cosas que son imperativas para Dios, entre ellas: «Menguar para que sea Cristo el que brille, reconocer el llamado específico de Dios para la vida de cada uno, tomar el ejemplo correcto y seguirlo, llevar nuestra vida a la autoridad que es Jesucristo»
Me puse a pensar que era lo que yo quería escribir en este libro de mi vida, cuál iba a ser el desafío que me iba a proponer, y solo pensarlo ya me hizo entrar en ansiedad y recordé lo que el Señor me había enseñado por medio de un libro de Joyce Mayer:
«El factor más importante para recibir las bendiciones de Dios no es nuestra gran fe, sino su gran fidelidad» -JoyceMeyer-
Tomado del Libro «La Gracia» Joyce Mayer
El Señor me ha estado enseñando que mi desafío es reposar en el Señor.
Hay muchos pasajes bíblicos que me Dios me ha mostrado a lo largo de estos meses, que han sido sumamente cargados de ansiedad:
salmo 62: 1-2, 5-8,
Sólo en Dios halla descanso mi alma;
de él viene mi salvación.
2 Sólo él es mi roca y mi salvación;
él es mi protector.
¡Jamás habré de caer!
Sólo en Dios halla descanso mi alma;
de él viene mi esperanza.
6 Sólo él es mi roca y mi salvación;
él es mi protector y no habré de caer.
7 Dios es mi salvación y mi gloria;
es la roca que me fortalece;
¡mi refugio está en Dios!
8 Confía siempre en él, pueblo mío;
ábrele tu corazón cuando estés ante él.
¡Dios es nuestro refugio!
Este salmo es una invitación a depositar toda la esperanza en Dios, es un recordatorio de que Dios tiene control y esa verdad fundamental nos permite esperar con paciencia su rescate, cualquiera que sea nuestra necesidad.
Sin embargo, a nivel cognitivo, esto es muy fácil de memorizar, la cosa es que en lo pragmático, no es tan fácil de implementar. Reposar en Dios, para el ser humano, no es fácil.
Porque no lo es:
- Porque estamos acostumbrados a depender de nosotros mismos y nuestra propia fuerza. Esa fue la experiencia de David cuando quiso traer de vuelta el arca del pacto a Israel. 1 Crónicas 13 y 14, nos dice que David procuró por su propia fuerza y según su voluntad hacer algo, que Dios había dicho como debía realizarse. Al igual que le paso a David, a veces nuestros esfuerzos para mantenernos, aún en la vida cristiana se tornan en fatiga, frustración y desilusión. La buena nueva es que a nosotros no nos toca tratar, sino confiar. Jesús dijo: Juan 16: 33 Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo.
- Porque nos creemos producto de nuestra fe y no de su gracia. Este ha sido un punto que en lo particular, me debo detener constantemente. Mi propia filosofía de ministerio tiene como premisa fundamental, que somos productos de la gracia de Dios y es su gracia la que me impulsa a hacer su voluntad, vivir para su gloria y ser semejante a Cristo. Una de las razones por las que no tenemos más éxito en nuestro caminar de fe, es porque pretendemos lograr con nuestro esfuerzo lo que Dios quiere darnos mediante su gracia. Mi desafío es estar consciente de que realmente yo no merezco nada de parte de Dios, mas que condenación y destierro de su presencia, pero en su infinita misericordia, Dios me ama y se complace de mi.
- Queremos conseguir de Dios en lugar de recibir. Una de las cosas que mas me gusta de la formación cristiana que dan en el preescolar donde trabajo, es como las maestras les enseñan a los estudiantes a extender sus manos a la hora de leer la promesa para recibirla como un regalo de parte de Dios. Esa misma actitud es la que debemos tener como pueblo de Dios. La Palabra nos en Filipenses 4:6 «Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias» y también nos recuerda que debemso estar siempre dispuestos a recibir de él Su Voluntad (Lucas 1:26-38 y Lucas 22:42)
Hoy también nosotros debemos extender nuestras manos al cielo y decirle al Señor. En medio de todo, mi esperanza sigue estando puesta en ti, no entiendo todas las cosas que suceden, pero Señor, te pertenezco, soy tuyo, creo que sigues fiel a tu promesa y que en medio Del Valle de sombra y de muerte tú sigues caminando a mi lado, que no estoy atravesando este desierto, solo o sola, tu vas a mi lado como un poderoso gigante, me consuelas me das paz.